Vivian Maier, la existencia secreta de la "niñera solterona" que fotografiaba la vida

Vivian Maier, la existencia secreta de la "niñera solterona" que fotografiaba la vida
Un buen fotógrafo debe tener muchas cualidades: atención al detalle, luz y composición, sincronización perfecta, paciencia, rapidez y mucha empatÃa. No es fácil encontrar todas estas cualidades, incluso en los profesionales más consumidos, pero Vivian Maier los tenÃa todos. De profesión niñera, entre las décadas de 1950 y 1990 tomó más de 100.000 fotos, pero no se las mostró a nadie. Las imágenes, tomadas en Nueva York, Chicago, pero también en otras ciudades estadounidenses, asà como en Canadá, Francia y decenas de otros paÃses del mundo, fueron descubiertas por casualidad poco antes de su muerte.
El autor de este descubrimiento es John Maloof (como se puede leer en la página web dedicada a ella) historiador y fotógrafo, ahora propietario de todos los derechos fotográficos de Maier. En 2007 compró el contenido de una caja en una subasta, pagando 380 dólares sin conocer su contenido. TenÃa que investigar en Chicago y esperaba encontrar fotografÃas de archivo interesantes. Rebuscando entre los objetos que pertenecÃan a una mujer, ahora anciana y con dificultades económicas, Maloof encontró un cofre que contenÃa cientos de negativos y rollos aún por desarrollar. Imprimió algunas fotos y luego las publicó en lÃnea, lo que fue un gran éxito. Por tanto, decidió catalogarlos todos.
Algunas de las fotografÃas fueron tomadas en la calle, pero lo que más lo intrigó fueron los extraños y nÃtidos autorretratos de la mujer que las habÃa tomado. Maloof volvió a la historia del autor de esos disparos, pero lamentablemente no la alcanzó antes de su muerte, ocurrida en 2009 tras una caÃda trivial sobre el hielo. Sin embargo, decidió comprometerse a potenciar su obra, dándola a conocer en todo el mundo. Asà nació el "mito" de Vivian Maier, una niñera con una vida secreta como fotógrafa.
Era curiosa, irónica e inteligente, como atestiguan sus increÃbles fotos. Detrás de ese rostro austero y esa vida monástica, como dirÃa una "solterona" algún mal, habÃa un alma viva y una pasión ferviente por la fotografÃa. Le atraÃan los rostros, que supo captar en momentos especiales y únicos, revelando matices que nadie más podÃa captar. Incluso hoy uno se pregunta si era consciente de su talento o si simplemente eligió no querer compartirlo con el mundo. Y tal vez por eso el acertijo de Vivian Maier sigue intrigando a los entusiastas de la fotografÃa y más allá.
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