Romy Schneider, el cruel destino de la actriz que interpretó a la princesa Sissi
Romy Schneider, el cruel destino de la actriz que interpretó a la princesa Sissi
Todos la recordamos así, con sus largos bucles dorados enmarcando un rostro de agraciados rasgos, de niña, y dos grandes ojos azules, ataviada con suntuosas ropas decimonónicas en su interpretación, sin duda más conocida por el gran público, la de Princesa Sissi en las tres películas dedicadas a ella.
Mamá Romy Schneider, que entregó su rostro a Isabel de Baviera entre 1955 y 1958, tuvo una vida de todo menos principesca, aunque con la soberana austriaca lamentablemente puede compartir dolores y dolores muy similares.
Del resto, Rosemarie Magdalena Albach-Retty, este es el verdadero nombre de la actriz nacida en Viena el 23 de septiembre de 1938, no quería incursionar en el mundo del cine y la actuación; para empujarla hacia esa carrera fue su madre, Magda (de quien tomó su apellido escénico), la única madre que le quedó después de que su padre, Wolf, fue literalmente golpeado por la causa nazi, y por otra mujer, ella también era una firme defensora del Reich y se había unido a él, abandonando a sus mujeres.
No es una mujer fácil, Magda, es una madre que alterna imposiciones con largos periodos de ausencia durante los meses en que su hija está en el internado. Hildegard Kneff, autora de su biografía publicada casi treinta años después de su muerte, escribe sobre ello "Su madre, que vive a tan solo 25 kilómetros del internado, solo la busca 3 veces en un año decisivo ...“.
Sin embargo, y a pesar del pensamiento contrario de Romy, será ella quien la arroje al Olimpo de las estrellas de cine, empujándola primero a actuar. Cuando la lila blanca vuelva a florecer, que marca su debut, luego con su primer éxito, obtuvo interpretando, en 1954, a la joven reina Victoria en El amor de una gran reina (1954).
La consagración definitiva llega un año después, con la primera de tres películas dedicadas a la princesa triste, Sissi. Aunque ese papel le ha dado fama mundial, muchos años después, Romy confió en Karlheinz Böhm, el actor que interpretó el papel de Francesco Giuseppe y que siempre fue su amigo, haber odiado actuar en esa parte, estar avergonzado de ello, y también se negó a rodar la cuarta película de la serie, lo que se especuló.
El punto de inflexión profesional de Romy llega cuando llega a París, junto con el sentimental: en 1958 filma El amante puro, y ahí conoce a Alain Delon, de la cual quedará como hipnotizada. Con él tendrá una relación larguísima, que se prolongará hasta 1964, hasta que, es decir, la dejará por la que se convertiría en su primera esposa.
En sus años parisinos, Romy realizó varias películas con muchos directores franceses e italianos, mostrando una gran habilidad actoral en papeles dramáticos y comprometidos; después de una película inglesa, El proceso, dirigida por Orson Welles; es el protagonista de La piscina, La Califfa, y es especialmente buscado por Visconti, que la quiere en el papel de una Sissi más madura en Ludwig en 1973, en un episodio de Boccaccio '70, y en la versión teatral de Lástima que sea una puta, en el papel de Annabella.
Sin embargo, su alma es más frágil de lo que ella misma quiere mostrar; Luego de la relación con Delon, Romy busca nuevamente el amor primero en los brazos de Harry Meien, con quien tuvo, en 1966, al hijo David, y luego con el periodista Daniel Biasini, con quien tuvo una hija, Sarah, nacida en 1977.

Ambas relaciones, sin embargo, fracasaron, y la desesperación provocada por estos fracasos llevó a la actriz a la depresión y a refugiarse en el alcoholismo. Sin embargo, según Böhm, la vergüenza que sentía al recordar los tiempos de Sissi también ayudó a acentuar cada vez más el estado de ánimo deprimido de Romy.
Pero nada en su vida había sucedido todavía; Primero el exparejo Harry fue encontrado suicida, se ahorcó con un pañuelo, luego, el 5 de julio de 1981, su hijo David también murió, con tan solo 14 años, en un dramático accidente.; de hecho, el niño estaba atrapado en una puerta mientras estaba en la casa de sus abuelos. Esto definitivamente empujó al pobre Romy hacia el abismo, y de hecho, después de solo 9 meses desde la pérdida de David, la actriz de cuarenta y cuatro años fue encontrada muerta el 29 de mayo de 1982. Muchos especularon que había decidido ponerle fin, pero la autopsia reveló que una insuficiencia cardíaca había sido fatal.
En realidad, Romy se parecía mucho más a su personaje de lo que ella misma quería admitir: con Sissi tuvo que compartir el dolor infranqueable por la muerte de un hijo (el primogénito de la soberana, Rodolfo, se suicidó en 1889), un sufrimiento que nunca atenuado por el estatus social y el éxito, en fin, un destino reservado solo para princesas tristes ... Como ellas.
Artículo original publicado el 21 de septiembre de 2017
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