Naomi Wolf: "Porque mi vagina da miedo"
Naomi Wolf: "Porque mi vagina da miedo"
Lo dañino es la experiencia de no ser absolutamente nada en presencia de otro ser humano.
Naomi Wolf es una de las voces más importantes en lo que se ha denominado feminismo de "tercera generación", aunque a su vez encontró voces contrarias a sus posiciones y teorÃas, por ejemplo con la publicación del libro. Vagina: una nueva biografÃa, de 2012, que desató un verdadero enfrentamiento entre ella y un nutrido grupo de feministas e intelectuales. Wolf se defendió hablando de "miedo a la vagina".
[…] otras crÃticas, incluso feministas, me acusan de una especie de herejÃa contemporánea --escribió-- Mi trabajo es un relato de los resultados más recientes en el campo neurocientÃfico y otros nuevos conocimientos que actualizan significativamente nuestra comprensión del deseo sexual, de La excitación y el orgasmo femeninos en una era en la que el conocimiento convencional de la respuesta sexual femenina a nivel de investigación se detuvo hace unas décadas, con Masters y Johnson, en un momento en que, mientras vivÃa en una sociedad hipersexualizada, el El 30 por ciento de las mujeres estadounidenses informan que no pueden estar seguras de tener un orgasmo cuando lo desean. Entonces, ¿no es justo informar nueva información sobre la respuesta sexual femenina?
[…] Al escribir abiertamente sobre el deseo femenino y centrar la atención en el vÃnculo ahora establecido entre el cerebro y la vagina y en la nueva ciencia del placer femenino, ¿me estoy alejando de la gran tradición feminista o la estoy honrando? Creo en la segunda hipótesis. Al compararme con el cuerpo, no quiero decir que las mujeres sean solo cuerpos, es más bien una muestra de respeto por la inteligencia de mis lectores: algunas situaciones se construyen socialmente, otras tienen una base biológica y mis lectores son lo suficientemente inteligentes como para poder evaluar en qué el mundo se basa en el momento.
Después de la publicación del ensayo de sorpresa de Greer, es más que natural, por lo tanto, que Naomi Wolf no pudiera permanecer en silencio. No solo por haber asumido la voz feminista de los últimos años, por la carga que ha elegido llevar sobre sus hombros como sÃmbolo de compromiso y responsabilidad hacia las mujeres, por el choque generacional entre dos tipos distintos de feminismo (también si queda por ver dónde se expresa el feminismo de Greer, en este último trabajo), sino como una mujer violada en primero. Más bien, como un niño violado. Lo que es peor, porque quieres explicárselo a una niña que ni siquiera sabe qué es sexo, y mucho menos el significado de consensual o no, que se puede definir como violada solo si ha sido penetrada, no si ha sido forzada a tener sexo oral.
Después de todo, Wolf nunca ha tenido miedo de hacer oÃr su voz, ni siquiera cuando se trata de arremeter contra los estereotipos estéticos que siempre han involucrado a las mujeres; Cuando salió El mito de la belleza en 1991, Naomi Wolf analizó la frustración y la infelicidad de las mujeres que no podÃan ajustarse al estándar producido por esas modelos delgadas en boga en la década, mientras criticaba su ejemplo malsano, en un ensayo que, a todos los efectos, todavÃa puede considerarse absolutamente actual en la actualidad.
Cuanto más superan las mujeres los obstáculos legales y materiales, más severo, pesado y cruel se vuelve el peso de las imágenes de belleza que penden sobre nuestras cabezas - escribe - Durante la última década, las mujeres han creado una brecha en la estructura de poder; al mismo tiempo, los trastornos alimentarios han aumentado exponencialmente su incidencia y el sector de la cirugÃa estética ha crecido rápidamente; La pornografÃa se ha convertido en la categorÃa de medios más solicitada, incluso antes de que se legitimara (??), y 33.000 mujeres estadounidenses responden a los investigadores que preferirÃan perder de 5 a 7 kg más que lograr cualquier otro objetivo.
Más mujeres tienen más dinero, poder, oportunidades y reconocimiento legal que nunca; pero en términos de cómo nos sentimos fÃsicamente con nosotros mismos, es posible que en realidad nos sintamos peor que nuestras abuelas aún no liberadas del feminismo.
La tesis principal expuesta en el libro tiene que ver con la mirada masculina, y con esa contracultura que tiende a enfatizar la importancia de la belleza femenina con el único propósito de mantener a la mujer "en su lugar".
Hace un siglo, las actividades normales de las mujeres, especialmente el tipo de actividades que llevarÃan a las mujeres al poder, se clasificaron como feas y enfermas. Si una mujer lee demasiado, su útero se atrofia. Si seguÃa leyendo, su sistema reproductivo se habrÃa derrumbado y, según la "información" médica de la época, "habrÃamos llegado a tener un hÃbrido inútil y repulsivo".
La participación en la vida moderna, la educación y el compromiso laboral se consideraron actividades que llevarÃan a las mujeres victorianas a la enfermedad; los victorianos protestaron entonces por la posibilidad de una mayor educación femenina, imaginando que dañarÃa sus órganos reproductivos. Y se creÃa seguro que "la educación de las mujeres las volverÃa estériles" y las volverÃa sexualmente poco atractivas: "Cuando una mujer muestra intereses cientÃficos, significa que algo anda mal con su sexualidad".
Afortunadamente, mujeres como Naomi Wolf han demostrado ampliamente lo contrario.

Fuente: 27esimaora
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