Maurice y Katia Krafft, un gran amor enterrado bajo la lava de un volcán

Maurice y Katia Krafft, un gran amor enterrado bajo la lava de un volcán

Maurice y Katia Krafft tenían 45 y 49 años respectivamente cuando el volcán japonés del monte Unzen puso fin a su vida desde Homovulcanicus, como les gustaba definirse a sí mismos. Era 1991 y la pareja francesa, unida también desde un punto de vista personal, ya era muy conocida en el mundo científico: los estadounidenses los habían apodado Demonios del volcán, o más bien los demonios de los volcanes, precisamente por su constante inclinación al peligro. Y se llama precisamente Los diablos de los volcanes el libro dedicado a ellos por André Demaison.

Eran los vulcanólogos más rápidos del mundo debido a su capacidad para escapar rápidamente de cualquier erupción que tuviera lugar en el planeta. Antes de morir, habían presenciado unos 140 fenómenos eruptivos, incluidos los de Heimaey, Islandia, y St. Helens y Mauna Loa en los Estados Unidos. Una pasión, que por los volcanes, nació cuando ambos eran pequeños, por las películas y libros de Haroun Tazieff, Geólogo francés y pionero de la vulcanología. Un amor que les costó la vida a ambos, también contado en el documental ¡Volcán! del National Geographic y, más recientemente, en En el infierno de Werner Herzog.

Artículo original publicado el 16 de abril de 2018

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