La poderosa respuesta de Luca Tommassini a los homófobos es "Frocio vete"
La poderosa respuesta de Luca Tommassini a los homófobos es "Frocio vete"
"Padre, vete."
Una nota post-it, adjunta al intercomunicador de la casa. Solo dos palabras, que contienen toda la ignorancia, la malicia, la estupidez de los pensamientos homofóbicos.
Lo encontró Luca Tommassini, de hombros anchos y una experiencia que, ante un ataque cobarde de este tipo, incluso le hace sonreÃr; pero una nota similar la puede encontrar un adolescente en crisis, en constante lucha con su propia identidad, un niño frágil, una persona débil. Con los efectos devastadores que ya nos han contado las historias del pasado reciente.
Hoy apareció este escrito en el intercomunicador de mi edificio, junto a mis dos interiores - escribió la coreógrafa y ex bailarina en el post, publicado en Facebook - No estoy 100% seguro de mà pero tengo una duda. En un instante todo el enfado de cuando era niño volvió y me gritaban 'maricón' en el colegio y en la calle. El miedo que tenÃa cuando mi madre me despertaba todas las mañanas volvÃa a mà y pensé que tendrÃa que afrontar otro dÃa sola bajando por esa maldita calle, frente al taller de mi padre que ffingió no verme. Estaba avergonzado de mÃ, no tenÃamos una relación 'pública' y en privado solo la tenÃamos cuando me hizo intentar pronunciar la 's' correctamente, ofreciéndome un premio en efectivo, yo tenÃa la 's' esponjosa y él la odiaba.
No he hablado durante años durante mi infancia para mantenerlo calmado, para evitar que pelee con mi madre. A menudo la pegaba por "mi culpa", le decÃa que yo era un "maricón", la culpaba y la pegaba. Cuando mi madre y yo decidimos inscribirnos en la escuela de baile de abajo, lo hicimos en secreto. Cuando papá se enteró, hubo una pelea en casa, una de las más desagradables, en la que papá le gritó a mamá que ya no tenÃa que ir a bailar porque me estaba volviendo 'marica' y eso terminó con él rompiendo una botella de vidrio en la pared de la cocina sosteniendo su pico roto en su mano tratando de golpear a mamá y yo salté de mi silla poniéndome entre ellos evitando la tragedia… gritando 'vete' en su cara.
Nunca he bajado la cabeza y siempre he seguido bailando. Cuanto más temÃa, más subÃa la música. Ahora voy a denunciar este acto de la era de los 'intercomunicadores', tengo 50 años de experiencia con el miedo y siempre he ganado contra los homófobos y racistas que intentaron hacerme daño a mà y a quienes me amaban. SUFICIENTE AHORA, ya no podemos permanecer en silencio.
La cobardÃa de quienes "tiran la piedra y esconden la mano", dejan la nota en el anonimato para expresar su enfado, se esconden bajo el ala protectora del anonimato, incluso virtual, es igual al desconocimiento de poder asumir el derecho. para decidir por la vida de los demás, lo que está bien y lo que está mal, o hacer que alguien se sienta discriminado, marginado, fuera de lo común.
Y las vÃctimas, de ambos, no siempre son hombres fuertes y seguros de sà mismos como Luca; a menudo son personas que luchan por aceptarse a sà mismas primero y se acusan de ser "diferentes" o "equivocadas". Para ellos también es importante el gesto de Tommassini, al igual que sus palabras. Es hora de dejar de callar y sufrir pasivamente el fruto de una ignorancia atávica que, a pesar de la cultura, el paso del tiempo, la información, no ha podido frenar. Es hora de decir "basta" a los cobardes que se van de los post-its porque ni siquiera tienen el valor de quedarse mirándote a los ojos lo que piensan.
Además, no es la primera vez que Luca Tommassini se encuentra lidiando con matones que lo juzgan por su sexualidad o su trabajo; pero él siempre les respondió de la misma manera.
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Fuente: web
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