Haber herido a alguien y carga psicológica

Haber herido a alguien y carga psicológica

Haber herido a alguien y carga psicológica

Herir a alguien no significa que seas malo o que sea imposible encontrar una salida saludable para una situación determinada. De nada sirve condenarse ni engañarse convenciéndose de que basta con no pensar en lo ocurrido.

Tomar conciencia de haber lastimado a alguien es un paso adelante, pero también significa llevar una carga psicológica que a veces no es fácil de eliminar. Esta es una situación en la que puede encontrar una solución, pero no puede hacerlo dándose la vuelta o disculpándose cuando es demasiado tarde.

Solo las personas con trastornos psiquiátricos muy graves no sienten culpa, estas últimas no tienen conciencia moral y cuando lastiman a otros viven el evento como normal e incluso necesario. En una persona más o menos sana mentalmente, sin embargo, surge un sentimiento de culpa.

Sin embargo, no todas las personas experimentan la culpa de la misma manera. A esto se suma que hay errores y equivocaciones: a veces el error deja una sensación de insuficiencia, pero también la tranquilidad de la ausencia de consecuencias graves.

Otras veces, sin embargo, las consecuencias de lastimar a alguien no son irrelevantes; justo entonces toma forma un cierto peso psicológico.

El buen arrepentimiento es la mejor medicina contra las enfermedades del alma.

-Miguel de Cervantes-

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    Herir a alguien

    Todos hemos lastimado a alguien al menos una vez en nuestra vida, incluso sin saberlo. No hay persona con tal autocontrol que nunca se haya equivocado con sus gestos, con su actitud o con su forma de afrontar la vida. De manera similar, no nacemos lo suficientemente maduros emocionalmente y generalmente nos convertimos en uno principalmente a través de errores.

    El sentimiento de culpa no depende estrictamente de lo que se haga ni de la mentalidad con la que se enfrente. Los pequeños errores a veces pueden causar un fuerte remordimiento en algunas personas, mientras que otras aceptan errores serios y serios de manera saludable.

    También afecta la forma en que evoluciona la situación, la relación que se tenía con la persona perjudicada y circunstancias actuales. Si la situación ha tenido consecuencias muy graves que han persistido en el tiempo, la carga psicológica puede ser considerable.

    En última instancia, la situación cambia si existe la oportunidad de reparar el daño hecho o si es imposible, por ejemplo porque las consecuencias son irreversibles o porque esa persona ya no está.

    Dos tipos de culpa

    Herir a alguien puede causar diferentes tipos de culpa. La primera es la culpa razonable y se caracteriza por una plena conciencia del daño causado, de su alcance y qué regla moral personal se ha roto. Este es el caso de un comentario ofensivo tras el cual usted se da cuenta de que ha sido injusto con la persona a quien estaba dirigido.

    El segundo tipo es la culpa patológica, que todavía tiene muchas manchas oscuras. A veces no se reconoce el daño causado, pero inconscientemente uno asume su carga psicológica. Esto puede resultar en autosabotaje o vergüenza. También aparecen la desconfianza y el miedo: el sentimiento de culpa se convierte en el sentimiento de tener que recibir un castigo, pero no se puede entender por qué ni cómo.

    La culpa patológica puede presentarse como un obstáculo no especificado que gira en torno a todo lo que haces. El aspecto más paradójico es que la persona acaba deseando inconscientemente sufrir un castigo y se lo inflige por sí mismo sin darse cuenta.

    ¿Cómo superar la situación?

    Perdonarse a sí mismo es fundamental para la salud mental, pero no se resuelve simplemente diciéndose a sí mismo "Me perdono". Es un proceso que comienza con la identificación del daño perpetrado y sus consecuencias.

    En segundo lugar, es importante examinar las circunstancias: ¿por qué no actuamos de acuerdo con nuestros valores y nuestras reglas? ¿Qué lo impidió? ¿Qué circunstancias psicológicas prevalecieron y por qué fue imposible actuar de manera diferente?

    Haber herido más de una vez se debe a inmadurez, deficiencias o conceptos erróneos., pero también de impulsos que se abren camino a través de la ausencia de autocontrol o de conflictos que no se han procesado de la forma adecuada en el momento oportuno. Debemos adoptar la apariencia de un buen amigo y tratar de entendernos por lo que somos: seres humanos.

    A partir de ahí comienza la fase del perdón, siempre después de habernos entendido a nosotros mismos. Entonces, es hora de remediar lo que sea posible, disculparnos por lo que hemos hecho y explicar nuestro error, expresando nuestro compromiso de no repetirlo en el futuro.

    García Haro, J. (2015). Tres concepciones de la culpa: historia y psicoterapia. CeIR., 9(1).

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